¿Qué es el amor?
La curiosidad es una
característica que hace que el ser humano tienda a buscar las respuestas o la
comprensión de su realidad, sin embargo, muchos conceptos al sol de hoy
permanecen siendo abstractos o poco entendidos para la humanidad, tanto en el
campo de las ciencias exactas (física, química, biología… etc) como en el de
las ciencias humanas. Y es que, centrándonos en el tema que nos compete, no es
sencillo llegar a un acuerdo general sobre la naturaleza y la descripción de
conceptos meramente abstractos, los cuales conocemos solo por sus efectos en la
realidad, y en el caso de la psicología, por su influencia en la conducta de un
individuo y su entorno social.
Muchas veces la psicología se vale de estos
“efectos” para determinar la naturaleza de la causa, es decir, describe un
fenómeno basado en las características observables del mismo, categorizando y
deconstruyendo la observación, a este proceso se le conoce como
operacionalización. Por medio de este procedimiento, el estudioso de la
conducta puede establecer un concepto sólido de fenómenos como el afecto, la
personalidad, la inteligencia, o en este caso en particular, permite
estructurar una definición decente del fenómeno conocido como amor.
En este punto es válido
preguntarse ¿qué es lo que conocemos por amor? muchas personas pueden definir
esta palabra como las “mariposas en el estómago” que sienten cuando ven a la
persona querida, o ese sentimiento de plenitud experimentado por las personas
en una situación específica, con personas específicas. Sin embargo, si queremos
llegar a una definición operacional del amor se debe ser más agudos en la
observación de las conductas de las personas.
De este proceso observacional se
han obtenido definiciones como la de Maturana (1997) en la cual el amor
constituye un proceso de acciones de aceptar al otro como un legítimo otro en
su convivencia. Por tanto, el acto de amar es abrir un espacio de interacciones
con otro en el que su presencia es legítima, sin exigencias. A esta definición
planteada por Maturana se podría añadir lo expresado por Fromm sobre el amor a
uno mismo, donde el amarse a uno mismo como ser humano con defectos, es la base
para el reconocimiento y amor a los iguales, de esto se entiende que antes de
existir un reconocimiento legítimo del otro, debe existir un reconocimiento
legítimo de la propia persona y el entendimiento de las propias limitaciones y
virtudes. Aunque hemos definido al amor como un proceso relacional, aun la duda
sobre la naturaleza del amor continua. ¿Podríamos afirmar que el amor es una
emoción? ¿Una especie de percepción quizá? ¿Se puede, aunque sea afirmar que el
amor es un proceso mental?
Partiendo de las preguntas antes
realizadas, podemos afirmar que el amor es un proceso de la mente humana, esto
debido a que cada persona manifiesta el amor en situaciones diferentes, con
personas diferentes y de maneras diferentes, además de que cada individuo tiene
una idea diferente de este fenómeno, lo cual le da un carácter cognitivo, una
estructura subjetiva que permite entender a la realidad según la experiencia
previa.
Sobre el dilema de plantear al
amor como parte de un estado afectivo específico (emoción, sentimiento, humor…)
en realidad la tendencia actual es la de considerar al amor como la suma de
diversos factores afectivos, esto debido a que en el amor puede encontrarse
reacciones biológicas automáticas, pero no un patrón facial determinado, además
de que su duración en el tiempo trasciende a las reacciones orgánicas,
prolongada por el proceso cognitivo del ser, por tal razón se toma actualmente
al amor como la unión de varios procesos afectivos, más que la expresión de uno
en específico.
Tipos de amor.
Ya en la antigüedad, lo griegos
diferenciaron el sentimiento de afecto incondicional y puro, al cual llamaron
“agape”, del amor relacionado a las relaciones de pareja, entendidos por ellos
como “eros”. Después de mucho tiempo, la cristiandad tomaría el concepto de ágape,
un amor puro y universal, para designar el amor de Dios; mientras entendían la
palabra “storge” para entender el amor relacionado a la familia, mientras
usaban la palabra “fileo” para la amistad. Cada uno de estos tipos de amor se
igualan y diferencian en un concepto fundamental, la legitimidad del otro, y es
que siempre el amor busca darle legitimidad al otro, solo que el en amor
familiar esta legitimidad puede estar contaminada por las expectativas de los
familiares; en el caso de la amistad esta legitimidad está marcada por los
intereses comunes; mientras en el amor de pareja esta legitimidad tiene dos
caras, pues primeramente nos encontramos con un extraño, quien en un primer
momento solo nos liga la atracción sexual, y luego nos encontramos con nosotros,
en un proceso de autodescubrimiento mientras descubrimos las matices de nuestro
acompañante.
Tomando la división del amor
planteada con anterioridad, Hendrick y Hendrick (1986, 1987, 1989)
identificaron 6 tipos de amor que influyen directamente en las relaciones
humanas, estos son:
- Eros: amor erótico, apasionado.
Amor de pareja
- Storge: amor de amigos, es el
amor que sienten dos personas que comparten valores comunes
- Ludus: amor de entretenimiento,
se considera al placer como motivación principal, obviando el compromiso
- Manía: amor posesivo, en donde se
cuestiona constantemente el compromiso de la otra persona con la relación
- Pragma: el amor practico, no se
sienten grandes emociones, solo se busca a una persona adecuada para mantener
una convivencia tranquila
- Ágape: el amor desinteresado,
tranquilo, que se antepone el bienestar de la otra persona antes que el propio.
Según estudios realizados por
Hendrick, Hendrick y Foole (1984), aplicando la escala de actitudes hacia el
amor a 800 estudiantes universitarios, pudieron determinar que los hombres
tienden más hacia el amor erótico y el ludus, mientras que las mujeres
prefieren el amor storge y pragmático.
La triada del amor. La teoría de
Robert Sternberg.
Un personaje muy relevante en la
búsqueda del concepto del amor es sin duda Robert Sternberg, el cual
conceptualizó al amor como una historia que es narrada por los amantes, cuyos
componentes o estructura es un reflejo de la personalidad y cognición de la
pareja.
Mediante estudios estadísticos pudo determinar que existen tres
componentes en las definiciones o “historias” de amor de las personas, estos
son la intimidad, la pasión y el compromiso. Según Sternberg, la intimidad
hacer referencia a la confianza, la empatía y la capacidad de contar con el
otro, es la autorrevelación. La pasión puede ser identificada como el
componente erótico de la relación, los impulsos internos que traducen la
estimulación en deseo sexual, es el componente motivacional del amor. Mientras
el compromiso es el factor cognoscitivo, es decir, los contratos tácitos de la
pareja, los límites, en síntesis, cómo funciona la dinámica de la relación.
Esta teoría plantea que los 3
pilares antes mencionados tienen distinta valoración para cada persona,
atendiendo a factores como la cultura en la que se desenvuelve o la historia
personal. Por tanto, es normal que para una persona la pasión pase a segundo
plano, dándole más importancia a los otros dos pilares, o viceversa. Según este
planteamiento, una relación estable se logra de dos maneras, la primera es
cuando existen valoraciones similares de estos pilares en la relación, y la
segunda es cuando las valoraciones son diferentes, pero existe la voluntad para
tender puentes de entendimiento que sumen de las diferencias del otro para
enriquecer la naturaleza del amor.
Antes de terminar.
La temática relacionada al amor
en la psicología (y en la vida) es muy vasta y compleja, hoy solo hice un
aporte introductorio, pero aún queda mucha tela que cortar de este tema. Los
invito a acompañarme en próximas entradas, donde continuaremos con la labor de
comprender al amor.
Fuentes:
Pinto .B. (2002). Psicología del amor. ( disponible aquí)
Papalia y Feldman (2012). Desarrollo humano. Mcgraw-Hill
Pinto .B. (2002). Psicología del amor. ( disponible aquí)
Papalia y Feldman (2012). Desarrollo humano. Mcgraw-Hill
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