Una
de las características principales a tener en cuenta para comprender y estudiar
el comportamiento de una persona, es sin duda la influencia de factores como
las emociones y sentimientos en su conducta. Sin embargo, diferenciar conceptos tan comunes como la
emoción, el afecto o el humor puede ser una tarea difícil, debido al parentesco elevado
de los términos, lo cual genera una perspectiva difusa en el conocimiento
popular que propicia el uso de estas palabras como
sustantivos. Hoy intentaremos diferenciar, con ayuda del conocimiento aportado
por disciplinas como la psicología, la diferencia conceptual entre la emoción y
el sentimiento, ¿qué son? ¿qué no son? y en que circunstancias coinciden
estos dos fenómenos en la conducta humana.
¿Qué es una emoción?
Definir
la emoción es buscar entender ese impulso natural e inmediato que nace de una
persona cuando se ríe de un buen chiste, el miedo visceral que puede sentir
alguien ante un accidente de tránsito, o el asombro que acompaña la exposición
a una situación inesperada. Y es que, tomando la definición de Cañoto y Peña
(2016) se puede conceptualizar a la emoción como un estado afectivo caracterizado
por una disposición o tendencia a la acción, desencadenado ante ciertas
características específicas de un evento o estímulo, que ocurre de manera impulsiva
y tiene un rápido inicio y una corta duración. De esta definición se pueden
extraer varias conclusiones; la primera es que la emoción tiene como función
servir como un impulso que prepara a la persona frente a un estímulo del exterior,
por tanto, tiene una función adaptativa. Esto se expresa mejor pensando en la
utilidad de emociones como el miedo o el asco, una advierte a la persona de un
peligro, y la otra le previene del contacto con organismos o sustancias que
pueden comprometer su salud. Y la segunda conclusión radica en la rapidez de la
emoción, ya que es un estado de inicio inmediato, incontrolable, con patrones
fisiológicos y conductuales específicos.
Las
emociones no son únicas de los seres humanos, ya en el año 1872 Darwin planteó
una continuidad entre las especies en lo referente a la expresión de emociones,
es decir, ante una emoción determinada, tanto los humanos como los animales
superiores tendrán posturas corporales y expresiones faciales similares. Esta
premisa avalaba el carácter adaptativo de la emoción y ubicaba su génesis como
producto de la evolución de las especies.
¿Qué es un sentimiento?
Si
la emoción puede definirse como el impulso inmediato y adaptativo que una
persona siente frente a un estímulo, el sentimiento puede definirse como la
propensión o tendencia de un individuo a responder afectivamente a un evento o
situación. Un ejemplo más explicativo seria la diferencia entre las dos
siguientes frases: “A Pedro le ha dado mucha risa el chiste que le has contado”
y “pedro estuvo feliz todo el día gracias a tú chiste”. Se puede apreciar en el
primer caso una respuesta innata, repentina y que funciona para expresar el
agrado de una situación, es decir, una emoción. Mientras que en la otra frase
se aprecia una tendencia consciente y particular de una persona de actuar
frente a su ambiente, tomando como base las emociones sentidas. En este aspecto
se puede entender que el sentimiento es una tendencia afectiva ante las
situaciones de la vida, que tiene su origen en la interpretación consciente de
la emoción percibida.
Los
sentimientos, a diferencia de la emoción, son una característica única de
animales conscientes, ya que para perpetuar una tendencia afectiva a lo largo
del tiempo es requerido un manejo elevado de la estructura cognitiva y del
almacenamiento, evocación y procesamiento de la memoria.
Tanto
las emociones como los sentimientos pueden ser catalogados como un “estado
afectivo”, es decir, forma parte de una categoría independiente de fenómenos psicológicos
que están directamente relacionados a la experiencia afectiva (agrado-
desagrado) y de respuesta del sujeto ante los estímulos del ambiente. En esta
categoría se agrupan conceptos como el humor, el carácter y los sentimientos y
la emoción. Según Frijda (1994) la diferencia entre los estados afectivos radicaría
en dos factores independientes, que son la presencia o ausencia de un objeto y
la duración del estado. En el caso de las emociones y los sentimientos estos
poseen relaciones con objetos, ya que se siente rabia por algo, o se tiene asco
por algo; a diferencia de conceptos como el humor, en donde no existe un objeto
que origine el malestar y la persona solo “se siente” de determinada manera.
En
el caso de la duración del estado es donde se diferencian los sentimientos de
la emoción, ya que la emoción al ser una reacción de índole adaptativa y fisiológica,
posee una corta duración, mientras que el sentimiento, al tratarse de un
proceso consciente y que requiere del análisis de experiencias previas y de
procesamiento cognitivo, es un proceso que se extiende a través del tiempo,
luego que la emoción cesa.
Bibliografía
Cañoto
y Peña (2016). Introducción a la psicología general. Caracas, Venezuela: Universidad
Católica Andrés Bello.
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